J.J.
RECUERDOS
Quien encuentra un amigo, halla un tesoro
Si es cierto lo que afirma ese proverbio, seguro que chino o árabe -como se dice de casi todos los que no se sabe de dónde provienen-, no me cabe la menor duda de que, a lo largo de todos estos años de campeonato, nos hemos ido enriqueciendo de forma más que notable. En efecto, cuando hace ya esos veinticinco años que ahora celebramos, Josemari pudo en marcha este “tinglado”, a todos nos cautivó la idea, no sólo de hacer un poco de deporte y dar unas cuantas patadas al balón, sino que, sobre todo, vimos en esto una forma de relacionar a los docentes de Burgos, de conocernos entre nosotros y de establecer lazos. Recuerdo que ese fue el motivo principal para que el grupito de maestros, que entonces ya dábamos algunas patadas al balón por nuestra cuenta, decidiésemos incorporarnos a la idea del campeonato.
Al celebrar ahora nuestras “Bodas de Plata”, me vienen a la memoria esos primeros campeonatos jugados los sábados por la mañana. La confraternización que luego se hacía yéndonos los dos equipos a tomar una caña tras el partido, olvidando así los “disgustillos” de esa entrada fuerte, de ese gol anulado, de ese penalti fallado. Y allí es donde se hacían amigos, donde se conocía al compañero de Bachillerato ( todavía no existía Secundaria ) de F.P., del instituto público o del privado, así hemos establecido relaciones que nunca hubiésemos soñado establecer. A veces pienso la cantidad de compañeros con los que jamás hubiese intercambiado una palabra si no hubiese existido el campeonato y que, sin embargo, hoy los cuento entre mis amigos.
Ésta es la característica más sobresaliente de este campeonato, por encima incluso de otras que parecen más importantes, porque la verdad es que estos años de futbito asombran a cualquiera por su continuidad, por su espíritu deportivo ( cuántos conocidos “alucinan” de que juguemos sin árbitros ), por su organización colegiada ( ¡ qué acierto las reuniones de la comisión ! ), por su relación con las distintas instituciones ( desde Instalaciones Deportivas hasta el Ayuntamiento de algún pueblo vecino ), por la cena final de confraternización y por tantas y tantas otras características que nos hacen –hay que decirlo con orgullo- un campeonato único.
Por todo ello estoy aquí, tecleando estas líneas que quieren ser un recuerdo y un homenaje a todos nosotros, desde la distancia de esos años, desde el recuerdo de los tiempos en que uno jugaba con la ilusión de ganar el campeonato, con la energía para correr, saltar o tirarse y desde la realidad actual en la que, sin haber disminuido la alegría, uno, más que correr, trota; más que saltar, brinca y más que tirarse, se deja caer. Para animar a los que se acaban de incorporar al campeonato a que sigan con ese espíritu deportivo y lleguen a las “bodas de oro”. Seguro que estará Josemari todavía al frente.
Sólo tengo una “espinita”: en los comienzos del campeonato, propuse la idea, quizá peregrina entonces, de intentar la compra de unos terrenos y de levantar allí un pequeño polideportivo que hubiese sido nuestra “sede social”. Llegamos incluso a ver algunos terrenos y hasta hacer algún presupuesto y tantear algunas subvenciones. Al final no se llegó a nada y hoy andamos mendigando campos por ahí para jugar cuando podíamos tener nuestra propia cancha. El fallo, lo reconozco, fue de los que tuvimos la idea y no supimos llevarla a término. Fue una pena, pero nunca es tarde y ahí dejo el testigo por si alguien lo quiere recoger.
A todos, mi abrazo sincero y mi agradecimiento por estos años de campeonato y de amistad.