En el curso 2002-2003, celebramos el XXV aniversario de nuestro campeonato, por lo que se creó una comisión para organizar este evento, se diseño un logo propio, se editó una revista en la que se resumían estos 25 años de historia, se creó la página web y como punto final se celebró una semana de clausura con una serie de actos conmemorativos.
EQUIPOS PARTICIPANTES
En breve podrás visualizar las imágenes de los equipos participantes.
- IES Comuneros
- Aspanias – Burgos
- C.U.I.
- CEIP Claudio S. Albornoz
- C. MM. Concepcionistas
- Facultad de Derecho
- IES Diego Siloé
- IES Diego Marín
- IES Enrique Flórez
- Escuela Politécnica S.
- Educación Social – UBU
- IES Félix R. de la Fuente
- Escuela Oficial de Idiomas
- Colegio La Merced
- IES Lerma
- Colegio San José
COMISIÓN ORGANIZADORA
- Juan Carlos Rodríguez Santillana (D.P. de Educación y jugador D. de Siloé)
- José Pampliega de la Torre (Director IES Comuneros de Castilla)
- Francisco J. Martínez Ruano (Jefe Dpto. AA.EE. del IES Comuneros de Castilla)
- Antonio Arroyo Miguel (Profesor y jugador del IES Comuneros de Castilla)
- Jesús Juan Andrés Ruano (Profesor del IES López de Mendoza y jugador E. Social)
- Antonio Pérez Serrano (Profesor de la UBU y jugador del CUI)
- José M. Delgado López (Organizador y jugador del IES Comuneros de Castilla)
COLABORADORES
- Junta CyL
- Dirección Provincial de Burgos
- Consejería de educación
- Ayuntamiento de Burgos
- Servicio de Instalaciones Deportivas de la UBU
- Servicio de Deportes de la Diputación Provincial de Burgos
- Caja Círculo
- Caja Burgos
CARTAS
JOSÉ MARÍA DELGADO LÓPEZ HISTORIA DE UN CAMPEONATO Transcurría el curso académico 1978-79 e impartía mis clases en el Instituto Diego Porcelos en mis inicios en esta profesión y aprovechaba los ratos libres o el término de las clases para, junto con otros compañeros, jugar un partidillo con los alumnos en los patios del centro. En el comienzo de la primavera surgió la idea, que comenté a mi compañero y amigo Chema Medrano, de escribir a los distintos centros docentes de la ciudad y proponerles disputar un campeonato de fútbol sala entre profesores. Mandamos mas de veinte cartas teniendo contestación de ocho centros, que fueron los que iniciaron este torneo. Así se gestó el I CAMPEONATO DE FÚTBOL SALA PROFESORES, en el que recuerdo participaron: C.N. de Prácticas, I.B. López de Mendoza, Colegio Liceo, un grupo de Profesores de E.G.B., C.E. Juan Yagüe, Colegio La Merced, I.F.P. Padre Aramburu y nuestro centro I.B. Diego Porcelos. Por premura de tiempo, durante los meses de Mayo y Junio, se disputó a “una vuelta” en los distintos patios de los centros, celebrando una fiesta de confraternización en el Hotel Fernán González al término del mismo. Dada la buena acogida que tuvo, en el siguiente curso se le fue dando forma y el Club Polideportivo Diego Porcelos se encargó de la organización y se confeccionaron unas normas de funcionamiento, quedando desde entonces como objetivo fundamental del campeonato: Establecer y fomentar los lazos de unión entre los docentes, por lo que la educación, buenos modos y la deportividad deben de prevalecer sobre otros valores propios de la competición. Se creó el comité de competición formado por los delegados de los distintos equipos participantes, que empezaron reuniéndose todas las semanas, para decidir sobre los asuntos propios de la competición, llegándose a hacer por aquel entonces actas de cada partido, con las incidencias del mismo, firmadas por los delegados y por los árbitros, que durante los tres primeros campeonatos fueron nuestros propios alumnos, aunque posteriormente se decidió jugar sin ellos. Esto es otra de las características propias de nuestro campeonato, junto con otras normas adaptadas a nuestra competición. La normativa se fue desarrollando y hoy mismo seguimos con ella con pequeños retoques, como fue en el XV campeonato, la introducción del carné de participante, para intentar controlar que todos fuésemos docentes. Durante los cinco primeros campeonatos se organizó desde la Agrupación Polideportiva Conde Diego Porcelos, pero a partir del sexto fue el Instituto de Bachillerato, hoy de Educación Secundaria, Comuneros de Castilla el que tomó las riendas del mismo. A lo largo de los veinticinco campeonatos han tomado parte directamente casi treinta centros docentes de la ciudad y varios colectivos de enseñantes, pero en la práctica casi la totalidad de los centros de la ciudad han participado con algún miembro de sus claustros, así como también varios de la provincia. Contamos con centros tanto públicos como privados, de educación primaria, secundaria, especial y de formación profesional, de facultades y escuelas universitarias, reuniendo casi setecientos profesores, durante estos veinticinco años. Disputamos encuentros en casi todos los polideportivos de la ciudad y en alguno de la provincia, de hecho al ser el campeonato pionero de fútbol sala en Burgos, inauguramos el polideportivo del Plantío, donde empezamos a jugar, casi de forma exclusiva, nuestros partidos. Al finalizar cada campeonato se ha hecho siempre una cena clausura, en la que se han entregado trofeos a todos los participantes, campeón, goleadores, destacados,… y así lo seguimos haciendo, además últimamente se ha creado un trofeo a la deportividad, para el equipo que así lo merezca, concedido mediante votación de todos los asistentes y considerado como el trofeo estrella, dada la idiosincrasia de nuestro campeonato. Son muchos los nombres que me vienen a la memoria y que, por diversas causas, podría citar aquí pero, por miedo a olvidar alguno y teniendo en cuenta que se especificarán en páginas sucesivas, no lo voy a hacer. No obstante si que quiero tener un recuerdo especial para los compañeros fallecidos, para las tres “valientes” profesoras que “se atrevieron” a participar con nosotros, a los dos compañeros que conmigo han participado en las veinticinco ediciones y para algunos que, con algún descanso intermedio, empezaron y continúan con nosotros; asimismo a todos los delegados de los equipos a lo largo de todos estos años y muy especialmente al Instituto Comuneros y en su nombre al Director del mismo, ya que todo han sido facilidades e inestimable ayuda para llevar a cabo estos últimos veinte campeonatos. Como he comentado somos el campeonato pionero en la ciudad y se ha logrado integrar en él a un gran número de docentes; como implicado todos estos años en la organización del mismo, me siento contento y orgulloso de haberlo hecho, lo he dedicado muchas horas libres, pero siempre con ilusión y supongo que con aciertos y también errores, en todo caso, intentando tener todo a punto y que funcionase lo mejor posible. Espero que esta revista, que sirve como resumen e historia de estos veinticinco años, resulte de vuestro agrado y , a los mas veteranos, os sirva para recordar momentos pasados y a todos dé ánimo para seguir participando otros muchos años mas. Un saludo y ¡gracias a todos! |
JUAN CARLOS RODRÍGUEZ SANTILLANA No es fácil que una propuesta recreativa alcance veinticinco años ininterrumpidos de existencia. Menos aún si sus protagonistas pueden cambiar año tras año, si, aunque unidos por su condición de profesores -que no es poco-, desarrollan su dedicación en lugares e instituciones distintas y diversas. Casi inconcebible si, además, se participa con el único afán de pasar con los compañeros un rato divertido que, por más que se vea reflejado en una clasificación, aporta, sobre todo, la satisfacción de poder repetir a la semana siguiente. Es frecuente la sorpresa de quienes, desde fuera de nuestro compromiso libremente asumido, no alcanzan a comprender cómo salimos de nuestras casas a las 9 o 10 de la noche -haya calor, nieve ….- con el sólo afán de correr junto a otros colegas detrás de un balón, bajo unas normas antitéticas de las que rigen toda competición que se precie, cada uno como puede y en lo que puede, sin árbitro y, encima, sin problemas. Y, ciertamente es así; y cada año esperando que los primeros días de octubre comience todo de nuevo, que desde el Instituto “Comuneros de Castilla” -a cuyos responsables nunca podremos agradecerles suficientemente su empeño y dedicación- se vuelva a organizar otra edición. Y así hasta 25 años. Es seguro que si mantenemos la fórmula y el espíritu que la hace posible podamos seguir, cuando menos, otros veinticinco años; aunque para entonces algunos sólo estemos para recordar como fue este primer cuarto de siglo del Campeonato de Futbol-Sala para profesores. |
TOÑO PÉREZ SERRANO – Jugador del CUI 25 AÑOS DE DEPORTE Y DE DISFRUTE Me han pedido que escriba algo sobre la celebración del XXV Campeonato de Futbito, lo cual agradezco aunque me cueste, y comenzaré diciendo que sólo me avala un hecho: 25 años ininterrumpidos participando como uno más, como jugador y delegado en ocasiones y comensal siempre. Es difícil expresar en un folio tantas vivencias, tantos recuerdos , como le ha supuesto esta experiencia deportiva y humana a una persona, que como yo, lleva media vida exactamente disfrutando semana a semana Para mí ha sido, no por ponerlo en primer lugar lo más importante, la mejor manera de mantenerme bien físicamente durante estos años en los que se deja atrás una vida más relajada de estudiante y de pocos compromisos familiares, y se empieza con la vida de trabajo, a veces rutinaria, pero casi siempre cargada de demasiadas obligaciones. Además, el comienzo de este campeonato me coincidió con la diferencia de sólo un año, con el nacimiento de mis dos hijos, que es cuando te parece que no vas a poder mantener una actividad deportiva regular y de carácter aficionado. Pero quizá ha sido todavía más positivo para mí el aspecto psicológico y mental. Como muchas veces dice mi mujer, gracias al futbito, del que tantas veces he llegado agotado y a altas horas de la noche, “me he ahorrado el psiquiatra” y he podido mantener mi equilibrio emocional al descargar tantas tensiones, o bien, superar esos momentos de agobios y desesperanzas tanto sociales como profesionales que siempre surgen a lo largo de la vida. ¿Qué puede hacer que una persona sea capaz de salir de su casa a las 10 de la noche de un frío invierno burgalés, a veces incluso con las mayores nevadas que se recuerdan, dejando tantas veces, cosas que también le gustan y valora o, hasta incluso, rozan sus obligaciones?. En mi caso, pasando a un segundo plano cine, amigos, reuniones, e incluso indebidamente a veces la propia familia. Quien no haya disfrutado algunas épocas de su vida del deporte en equipo no es fácil que lo entienda. Creo que lo más importante que destacaría es lo que me ha aportado en cuanto a relaciones personales. En primer lugar con mis propios compañeros de equipo, con lo que significa de acercamiento el hecho de jugar juntos con un mismo objetivo, limando cualquier tipo de diferencias o bien aumentando las afinidades. Ha pasado mucha gente desde aquellos momentos iniciales, cuando todavía éramos de verdad el equipo del Colegio Universitario (CUA y después CUI), pero quiero hacer mención, sin que se me enfaden tantos y tantos amigos, a los que todavía siguen, Juanjo y Javo como símbolo de aquellos tiempos, tiempos de juventud, por supuesto. Y luego la gran cantidad de compañeros (contrincantes en esas horas compartidas tras un balón, algo incomprensible para mucha gente). Un hecho que ha supuesto en nuestra ciudad una de las mejores maneras de confraternizar entre profesionales de los distintos niveles de enseñanza y diferentes centros, siendo nuestro equipo actual “multicentros”, una espléndida muestra de ello. Hemos ido superando esas absurdas, pero existentes, reticencias entre y hacia “los listos” de la universidad, “esos que viven tan bien” de medias, los de la pública, los de los Instis, … Hemos “vivido” juntos tantos avatares, el fin de la transición, el 23-F, la llegada de los socialistas, la LOGSE, el caso de la construcción, la LRU, la LOU, la LCE, …, todo ha ocurrido a nuestro alrededor y aquí seguimos. Todo esto en un campeonato -pues hay que reconocer que a la gran mayoría siempre nos tienta el ganar- en el que destaca ese jugar sin árbitros desde hace muchos años, el escaso número de lesiones intencionadas y el bajo número de conflictos en estos 25 años. Desde luego, que no somos perfectos, y que han habido problemas, malos modos, pìques, discusiones, etc., por exceso de competitividad o por exceso de carácter; y creo que muchos debemos pedir disculpas por ello y yo quiero hacerlo en mi nombre y en el de los demás. Pero todo lo humano es siempre mejorable y en ese terreno tenemos que estar permanentemente esforzándonos, por el bien del campeonato y por nuestro propio bien. No quiero olvidarme de nuestras famosas cenas anuales, auténticas noches de convivencia, a las que he intentado no faltar nunca y a las que invito a aquellos que no las ven igual de necesarias. Cenas de amenas y agradables charlas, con animadas –y para algunos largas- post entregas de premios, ¡qué golfos somos algunos!. Bueno, basta de rollo. He cumplido mi ilusión por esas cifras míticas que todos tenemos, jugar los 25 campeonatos; hace poca más de 4 años estuve a punto de dejarlo, una importante lesión le llevó a mi médico a decirme “que si a esa edad no sería mejor dedicarme a algo más suave”, pero me ha podido el gusanillo. Creo que es el momento especial de acordarme de amigos y de espléndidos jugadores y personas que bien las lesiones, o bien la edad, e incluso la muerte, les ha alejado de nuestros campos de juego, ¡va por ellos!. En su nombre intentaré seguir con ilusión. |
JUAN ANTONIO PÉREZ (FÉLIX) – Jugador Padre Aramburu y Loyola – La Merced 25 ANIVERSARIO DEL CAMPEONATO DE FUTBITO Parece que fue ayer, pero ya han pasado 25 años desde que un universitario recién salido de la facultad de Químicas, aterrizaba en las aulas del IFP Padre Aramburu con toda la ilusión de transmitir sus conocimientos en las asignaturas del área de Ciencias a los alumnos del centro. Frente al reto de conectar con los alumnos, se presentaba otro, no menos inquietante, la integración dentro del colectivo de profesores, unos 60 docentes de las distintas especialidades y asignaturas comunes. ¿Cómo encajaría este jovencito por estrenar? ¿Parecería distante? ¿Le resultaría fácil meter baza en las conversaciones de la sala durante los recreos? De pronto la gran noticia: se pretende formar un campeonato de futbito integrado por equipos, formados exclusivamente por profesores. La idea cala hondo dentro del grupo, unos, los jóvenes, porque ven una oportunidad de emular las hazañas de sus ídolos futbolísticos, otros, los mayores, porque pretenden transmitir como entrenadores toda su experiencia futbolística. Se suceden las sesiones de entrenamiento para seleccionar a “los mas capacitados” y en ellas todos vamos aprendiendo algo de los demás, yo voy aprendiendo la bondad, alegría, cachondeo y otras virtudes ocultas, que se esconden detrás de algunos compañeros de los que sólo conocía la cara seria que ponen por las mañanas cuando vigilan el acceso de los alumnos a las aulas, otros descubren en mí capacidad de escuchar y aplicar sus ideas en el campo y un carácter participativo, aprovechable en muchas otras actividades docentes. El primer paso ya está dado, el proyecto nos ha ilusionado a todos, ya soy uno mas dentro del grupo, comparto sus momentos buenos y malos, y, a las actividades deportivas, se suceden las cotidianas de toda la comunidad de docentes, pero yo soy ya una pieza mas dentro de ella, que colabora en su buena marcha. Nunca olvidaré la oportunidad de integración que nuestro campeonato me brindó, y hoy, 25 años después, sigo disfrutando de este partido entre semana, que cuando falta, parece que algo mío me faltara; sí que es cierto, que cuando llega mayo siento como algo de empacho y ganas de terminar, pero es que falta casi lo mas importante, la cena final, con su ritual por todos conocido, pero esperado: Llegada en tropel, desconcierto inicial, toma al asalto de las mesas por equipos, atracón de comida, palabras “interminables” (dicho esto con todo el cariño) de Chema y otros, reparto de trofeos, votaciones, ¡qué somos muy democráticos, oiga!, sacadas con sacacorchos de las palabras de José Mari, buenos deseos para el año que viene y desbandada final a llenar con cava los trofeos, que el de este año tiene buena cabida. Permitirme ya, para terminar, que haga un poco de historia dentro de mi memoria y recuerde entre otras cosas esos primeros momentos difíciles con los partidos al aire libre (Parralillos, San José Artesano, Aramburu,….), las alegrías de los triunfos, las penas de las lesiones, los vinos y cenas que cada equipo hemos montado a cuenta del campeonato (¡chapeau! a Idiomas por sus buenas costumbres en estos temas), las aficiones fieles que se han tragado nuestras “grandes exhibiciones futbolísticas”, las sufridoras que nos han lavado nuestras sudadas camisetas y tantas y tantas otras cosas que se me quedan en el tintero. Finalmente quiero dar mis mas afectuoso saludo a todos los que han pasado por este campeonato, a todos los que están en él, y muy especialmente, a los que nos abandonaron en esta tierra para seguirle desde el cielo (Javier, Ángel, ¡va por vosotros!); y a José Mari y su equipo de apasionados del futbito, ¡a por otros 25 años!, este campeonato y su discurrir son un lujo que no nos podemos perder, a veces hay que verlo desde fuera para saber apreciar lo que vale. Un saludo a toda la familia docente. |
JUAN JOSÉ GARCÍA – Equipo del CUI SIEMPRE NOS QUEDARÁ EL FUTBITO VEINTICINCO AÑOS DE SOLIDARIDAD Y SOCIABILIDAD Se veía venir. Y, sin embargo, no se ha podido evitar. Al igual que le ha ocurrido a tantas otras prácticas de raigambre divina o humana, la incontenible marea capitalista ha anegado también los fundamentos del fútbol, transformándole en un prosaico artículo de consumo. En poco más de medio siglo, el deporte-rey ha interiorizado a escala universal no pocos de los aditamentos que certifican su inequívoca instrumentalización como una simple mercancía más. La metamorfosis es irreversible y tiene aún cuerda para rato. En la misma medida en que vayan prosperando el culto al individualismo (heroización de los destacados), el éxito como imperativo categórico (incentivación por resultados), la mercadotecnia compulsiva (trivialización de camisetas y demás símbolos), el chalaneo de los jugadores (distanciamiento de la masa social), la sobrerrepresentación de los clubes (refugio de tiburones ávidos de reconocimiento) y el acceso desigual a las retransmisiones (pago por visión), el capitalismo incrementará significativamente las posibilidades de fagocitarle completamente. Con mínimo margen de error cabe pronosticar que el estruendo mayor aún está por llegar. El aventurerismo histriónico de los directivos, la vida privada de los futbolistas, la manipulación de las audiencias, el mangoneo de los federativos, la mezcla de frivolidad y profesionalidad, la sustitución del análisis por el mamoneo, el compadreo con marginales y tramas negras y la inminente liquidación de los marcos tradicionales de competición son otros tantos fondos de saco a la espera del oportuno soliviantamiento mediático para agitar el mercado y multiplicar los dividendos. Por lo demás, cualquier mente que no haya entrado en hibernación intelectual puede percibir nítidamente que el “abrazo del oso” que el capitalismo ha endosado al fútbol conlleva el desalojo de sus señas de identidad. De hecho, están descolgándose a marchas forzadas de su ideario presupuestos tan básicos como la sociabilidad, la solidaridad y el compañerismo; aspiraciones tan enriquecedoras como la diversificación de los contactos, la compartición del esfuerzo y la competencia lúdica; igualmente, en fin, incentivadores psico-físicos tan gratificantes como el fulgor de un regate inverosímil, el vértigo de la velocidad creativa, el esplendor de un chutazo antológico, el estallido de la plenitud física, la losa del cansancio insuperable, la chispa de una pillería imprevista, el colmo de la autosuficiencia veterana, la alegría incontenible por el tanto propio y la encorajinada rebeldía frente al gol ajeno. Así las cosas, ¿queda algo fuera de la descomunal tramoya que nos ha secuestrado el fútbol? Queda, cuando menos, el futbito, en su acepción de deporte modesto y reservorio de ideales sociales. En su pequeño mundo, en el exiguo rincón que ocupa en el trastero del capitalismo, cabe todavía ejercitar con naturalidad las aspiraciones que informaron al deporte en general y al fútbol en particular desde la eternidad: la convivencia lúdica y la solidaridad intergrupal. Veinticinco ediciones contemplan ya al Campeonato de Profesores, impulsor de una incansable turbina de sociabilidad con nuestros allegados, con nosotros mismos, con el gremio docente, con los equipos contrarios y con quienes dirigen el cotarro. Ahí es nada celebrar las bodas de plata de prácticas tan especiales como modular sorteos, arbitrar los propios impulsos atávicos, acudir a la cancha nevando, peregrinar al extrarradio, cambiar frecuentemente de estadio, financiar el transporte, el equipaje y el campo, competir a horas intempestivas y entrar en la leonera con más cincuenta tacos. Ello no obstante, tengo para mí que el campeonato se hizo cívicamente mayor el día en que dos equipos ahogaron en futbito el sonrojo de un malhadado golpe de estado. Siempre, en efecto, nos quedará el futbito, la práctica deportiva que José Mari acunó en oscuros patios de colegio y que Toño y Félix han transformado en palestra de galantería y respeto. Para siempre nos acompañarán, ciertamente, la imponente estampa del cancerbero J. J., el sutil toque de Barahona, la fiera acometividad de Rozas, los alados arabescos de Edu, el disparo “folha seca” de Pico, el regate imposible de Tomy, la férrea combatividad de Alberto, el sobrio pase de Julio, el avance “en manada” de Santillana, la exultante juventud de “Concepcionistas”, la orgullosa entereza de “Diego Marín”, los inagotables vaivenes de “Lerma”, la pautada progresión de “La Politécnica”, el desconcertante vuelo de “Educación Social”, el orden espartano de “La Merced”, el porte cardenalicio de los directivos Pampliega y Medrano, el recuerdo imperecedero de los que nos dejaron… y tantas otras instantáneas más. No es este, sin embargo, un texto complaciente. Sustenta, más bien, la crítica inmisericorde de una práctica deportiva que, siendo unívoca en origen, se ha diversificado en horizontes antagónicos por mor del sistema que nos ha tocado vivir: el fútbol profesionalizado, ferozmente inficcionado de prosaísmo, y el futbito a ras de tierra, que sobrevive a duras penas en el patio de atrás con su carga moral a cuestas. A manera de contrapunto filosófico para gladiadores irreductibles, diré, para concluir, que el desquiciamiento de todos los sistemas que en el mundo han sido ha comenzado siempre por el mismo sitio: con el desdoblamiento dialéctico de la realidad en dos planos contradictorios, con la suicida fascinación de la humanidad por avanzar como sea, aun a costa de erosionar su propia naturaleza. Escrito está: el éxito a cualquier precio es el mayor factor de morbilidad social. ¡Salud por siempre, compañeros! |
J.J. RECUERDOS Quien encuentra un amigo, halla un tesoro Si es cierto lo que afirma ese proverbio, seguro que chino o árabe -como se dice de casi todos los que no se sabe de dónde provienen-, no me cabe la menor duda de que, a lo largo de todos estos años de campeonato, nos hemos ido enriqueciendo de forma más que notable. En efecto, cuando hace ya esos veinticinco años que ahora celebramos, Josemari pudo en marcha este “tinglado”, a todos nos cautivó la idea, no sólo de hacer un poco de deporte y dar unas cuantas patadas al balón, sino que, sobre todo, vimos en esto una forma de relacionar a los docentes de Burgos, de conocernos entre nosotros y de establecer lazos. Recuerdo que ese fue el motivo principal para que el grupito de maestros, que entonces ya dábamos algunas patadas al balón por nuestra cuenta, decidiésemos incorporarnos a la idea del campeonato. Al celebrar ahora nuestras “Bodas de Plata”, me vienen a la memoria esos primeros campeonatos jugados los sábados por la mañana. La confraternización que luego se hacía yéndonos los dos equipos a tomar una caña tras el partido, olvidando así los “disgustillos” de esa entrada fuerte, de ese gol anulado, de ese penalti fallado. Y allí es donde se hacían amigos, donde se conocía al compañero de Bachillerato ( todavía no existía Secundaria ) de F.P., del instituto público o del privado, así hemos establecido relaciones que nunca hubiésemos soñado establecer. A veces pienso la cantidad de compañeros con los que jamás hubiese intercambiado una palabra si no hubiese existido el campeonato y que, sin embargo, hoy los cuento entre mis amigos. Ésta es la característica más sobresaliente de este campeonato, por encima incluso de otras que parecen más importantes, porque la verdad es que estos años de futbito asombran a cualquiera por su continuidad, por su espíritu deportivo ( cuántos conocidos “alucinan” de que juguemos sin árbitros ), por su organización colegiada ( ¡ qué acierto las reuniones de la comisión ! ), por su relación con las distintas instituciones ( desde Instalaciones Deportivas hasta el Ayuntamiento de algún pueblo vecino ), por la cena final de confraternización y por tantas y tantas otras características que nos hacen –hay que decirlo con orgullo- un campeonato único. Por todo ello estoy aquí, tecleando estas líneas que quieren ser un recuerdo y un homenaje a todos nosotros, desde la distancia de esos años, desde el recuerdo de los tiempos en que uno jugaba con la ilusión de ganar el campeonato, con la energía para correr, saltar o tirarse y desde la realidad actual en la que, sin haber disminuido la alegría, uno, más que correr, trota; más que saltar, brinca y más que tirarse, se deja caer. Para animar a los que se acaban de incorporar al campeonato a que sigan con ese espíritu deportivo y lleguen a las “bodas de oro”. Seguro que estará Josemari todavía al frente. Sólo tengo una “espinita”: en los comienzos del campeonato, propuse la idea, quizá peregrina entonces, de intentar la compra de unos terrenos y de levantar allí un pequeño polideportivo que hubiese sido nuestra “sede social”. Llegamos incluso a ver algunos terrenos y hasta hacer algún presupuesto y tantear algunas subvenciones. Al final no se llegó a nada y hoy andamos mendigando campos por ahí para jugar cuando podíamos tener nuestra propia cancha. El fallo, lo reconozco, fue de los que tuvimos la idea y no supimos llevarla a término. Fue una pena, pero nunca es tarde y ahí dejo el testigo por si alguien lo quiere recoger. A todos, mi abrazo sincero y mi agradecimiento por estos años de campeonato y de amistad. |
JOSE PAMPLIEGA DE LA TORRE – Director del I.E.S. “Comuneros de Castilla” MEMORIAS Han pasado 25 años jugando al balón. Han pasado 25 años haciendo cómplices de una bonita aventura a mucha gente que, a parte de dar clases, entregar algo de lo suyo a tantos jóvenes, o haciendo despertar las mentes para que “muchos” fuesen hombres de futuro, querían pasar ratos agradables de convivencia con otros compañeros de profesión. Dar patadas al balón, gritar, desahogarse, ha sido importante, pero sobre todo se ha querido siempre aglutinar, unir a las gentes de ese mundo tan bonito como difícil que es la enseñanza. Año a año y semana a semana se vivían experiencias aquí y allá. Primero con árbitros del propio mundillo y después, apelando a la responsabilidad y buen hacer, los propios jugadores eran jueces y parte en el “funcionamiento” del fútbol-sala. El alma de todo este tinglado ha sido siempre José Mari. Hombre firme en su personalidad, parco en palabras, amigo de todos y sereno en sus decisiones. Entregado a esta empresa en cuerpo y alma, satisfecho de su aventura, y luchador para llevar siempre a buen término un campeonato tras otro. Ha sudado para lograr cada una de las cenas o eventos en los que juntaba a todos y siempre ha salido airoso de todo. José Mari es, ha sido y seguirá siendo así. No le ha gustado nunca el protagonismo público, pero sin él, nada de esto hubiera sido posible. Muchas de las gentes que ha tenido a su lado se han dejado llevar. Entre ellos ha existido la sorpresa, el no saber, pero el afán de colaboración era total. ”José Mari, Escuela de Idiomas 3, Padre Aramburu 3, no sé que es esto, pero han llamado y te dejo nota. Tu sabrás”. Claro que poco a poco, quien estaba cerca de él iba sabiendo cada vez más. Sus palabras a comienzo de curso no tenían desperdicio: ”…procura que el profesor interino que viene al centro sea joven y juegue al fútbol”… ¡Así y con más anécdotas han ido pasando los años!. 25 años. Todos más “maduros”, pero todos ilusionados. Soy quizá el menos indicado para hablar de esta manera, pero espero que entendáis que estar al lado de José Mari tantos años obliga a ponerle en sus sitio, apreciarle y valorar muy positivamente todo su trabajo. Desde esta página suplemento deseo agradecer a todos, comenzando por los jugadores y siguiendo por aquellos que a la sombra también han puesto su granito de arena, su aportación, su entrega y su ilusión por dar amistad, crear unidad, limar diferencias y hacer con el deporte un lazo de unión entre todos los enseñantes. Un saludo |